Cuando un toro argentino bramo en rodeo ajeno

El director de la Misión Argentina, Juan Manuel Fangio, le indica al piloto del Torino N° 3 que regule la marcha, mientras detrás avanza otro de los Torino. Muchos tramos de la carrera se desarrollaron con lluvia.
Los ganadores de la Marathón de la Route 1969: el sueco Harry Kallstrom, el italiano Sergio Barbasio y el inglés Tony Fall, con este LanciaFulvia HF de 1584 cm3 del equipo oficial. Recorrieron 332 vueltas de las que les computaron 322, mientras que el Torino que llegó cubrió 334 de las cuales 315 fueron válidas.
Los pilotos junto al Torino que lució el N° 1, identificado con una franja amarilla, en la portada de Parabrisas Corsa. Días antes de la carrera, desde la izquierda: Néstor García Veiga -piloto de reserva-, Gastón Perkins y Carmelo Galbato. Al lado del puesto de conducción, Alberto Rodríguez Larreta («Larry»), Eduardo Rodríguez Cañedo, Jorge Cupeiro, Oscar Mauricio Franco y Luis Di Palma. Ausentes en la foto, Eduardo José Copello y Oscar «Cacho» Fangio. El auto está como llegó a Alemania, y allá recibió modificaciones como el ensanche de los pasaruedas.

En agosto de 2019 se cumplen cincuenta años de la realización de una excursión inédita del automovilismo nacional. Se trató de la participación en una carrera de larga duración, con una selección de los mejores pilotos de aquella época con tres unidades del auto de mayor performance construido por entonces en el país, el Torino 380W. La actuación argentina fue tan sorprendente que alcanzó una enorme repercusión, que mantuvo al país pendiente de los reportes de la radio a transistores durante tres días y medio.
La carrera elegida fue la Marathón de la Route, y el circuito el más extenso, difícil y con mayor cantidad de curvas del mundo, Nürburgring, en la versión más larga con el sector norte y sur, de 28,291 kilómetros. La operación contó con la dirección conjunta del mejor piloto de todos los tiempos y uno de los técnicos más talentosos del país. Nos referimos a la Misión Argentina de 1969, de tal envergadura que fue única y que jamás volverá a repetirse. Los factores para esto son varios; el mundo era otro y la pasión que había por el automovilismo era infinitamente mayor.
Sin embargo, no fue todo tan romántico, porque hubo una empresa, IKA- Renault, que a través de esta carrera buscó promocionar su producto más deportivo y exclusivo. El auto era el Torino 380W, tope de la línea presentada en 1966, uno de los mayores símbolos de la industria argentina. Un auto que, en rigor, era un Rambler American, con la carrocería rediseñada por la prestigiosa casa Pininfarina, cuyo motor Tornado de seis cilindros estaba alimentadopor tres carburadores Weber. Presentaba características inusuales para los autos de entonces: palanca al piso, butacas delanteras, volante deportivo y caja de cuatro marchas ZF, cuando los autos de línea estadounidense tenían caja de tres, palanca al volante y asiento delantero enterizo. El plan original era correr en rally con un Torino, para lo cual Oreste Berta y Héctor Luis Gradassi -piloto del equipo IKA en 1967-viajaron a Monaco para probar un Torino en algunos sectores del Rally de Montecarlo. El elegido fue el de Pont-des-Miolans, un angosto tramo de asfalto en plenos Alpes Marítimos. Gradassi marcó un tiempo tan bueno que llamó la atención del equipo Citroen, que su piloto, Jean-Claude Ogier acompañado por la señorita LucettePointet, probaron el Torino en los caminos de cornisa entre Niza y Mentón. Aunque comprobaron que el auto era muy bueno, por su gran tamaño recomendaron correr algún otro rally; el East African Safari de Kenia era el ideal. Lucien Bianchi, otro piloto del equipo Citroen, les comentó que era uno de los organizadores de la Marathón de la Route, una prueba de 84 horas de duración que se disputaba en Nürburgring, apropiada para el Torino, ofreciéndose enviarles los reglamentos de la carrera a Argentina. En abril de 1968, una copia llegaba a Sarmiento 1230, la sede porteña de IKA-Renault, y estaba en poder del Sr. Tibor Teleki, el encargado de relaciones públicas.
Lucien Bianchi, nacido Luciano en Italia, y radicado en Bélgica, era un piloto tan versátil como ecléctico que lograría en las 24 Horas de Le Mans de 1968 junto al mexicano Pedro Rodríguez y con un Ford GT40 su máximo triunfo. Lamentablemente no tuvo la satisfacción de ver correr a los Torino en Nürburgring: se mató probando un Alfa Romeo 33 en los entrenamientos para las 24 Horas de Le Mans de 1969.
Correr en Nürburgring entusiasmó a Fangio y Berta. Era el escenario de la famosa victoria del balcarceño en el Gran Premio de Alemania de 1957, y para ambos volver al circuito que habían recorrido juntos cuando Juan Manuel había invitado a Oreste a recorrer Europa en 1967 ¡y sobre un Torino!, el que Industrias Kaiser Argentina había enviado para hacerlo conocer ¡Y con Fangio al volante! Sin embargo, no encontraron gran interés en IKA-Renault para el proyecto de correr las 84 Horas, sino hasta que se encontraron con Carlos Lobbosco, quien hacía poco había comenzado a manejar las relaciones de competición de la marca. Fangio le pidió a Lobbosco que intentara conseguir un poco de lo necesario entre muchas empresas. «Su idea era que existiera la mayor cantidad de gente posible involucrada con el proyecto para que el espíritu de una Misión Argentina fuera compartida por una base de sustento lo más amplia posible. Por esa razón fue que cuando el gobierno militar de la época ofreció contribuir con el grueso del presupuesto, Lobbosco no aceptó, a pesar de agradecer como correspondía», apunta Oreste Berta en su libro «Motores, Autos y Sueños», en el que le dedica un capítulo a la Misión Argentina de 1969. Berta con Lobbosco viajaron a Nürburgring con un 380W preparado con el pasaron una semana entrenando antes de la carrera. Los autos que compitieron fueron tres Torino, preparados de acuerdo al Grupo 5 del Anexo J internacional. Como el organizador era el Royal Motor Union de Bélgica, la prueba comenzó simbólicamente en Lieja para largarse efectivamente en el circuito, disputándose entre el miércoles 20 de agosto a las 7 de la mañana hasta el sábado 23 a las 19. Los pilotos de la Escudería Argentina, cuyos 380W lucieron los números 1, 2 y 3, fueron nueve más un piloto de reserva. Se inscribieron 70 autos y largaron 64, de los cuales los Torino eran los de mayor cilindrada, pero también los más pesados. La actuación de los Torino mantuvo en vilo al país, especialmente el N° 3 de Eduardo Copello, Alberto Rodríguez Larreta («Larry») y Oscar Mauricio Franco. Este Torino fue el puntero durante muchos momentos de la carrera, el único que llegó de los tres y el auto que más vueltas recorrió, aunque por un sistema de penalizaciones le fueron descontados varios giros y ocupó finalmente la cuarta posición final. En nuestra próxima edición vamos a ocuparnos de la reseña y de varias historias de la carrera en sí.
Fotos: archivo auto-mobilia.com.ar
Por: Gustavo C. Arsuaga
Revista Bancarios del Provincia

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