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La historia del Hospital Evita

por Natalia Carnese

Esta nota es un reflejo de la sección «La Andariega», que la autora desarrolla en el programa «Sin Cadenas» (magazine periodístico que se emite de lunes a viernes, de 8 a 9 de la mañana, por Radio Cadena AM 1470 y www.cadenaam1470.com, coproducción de la radio y Multimedios LA IDEA), los días miércoles.

Sólo hacía un mes y cuatro días que Eva Perón había fallecido. Era el día de Santa Rosa y hacía frío.El entonces Presidente de la Nación vino a Lanús (por aquel entonces Partido 4 de Junio) a inaugurar el Policlínico Evita. Lo acompañaban el ministro de Asuntos Técnicos, Dr. Raúl A. Mendé, su secretario privado, Juan Duarte, el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Rodolfo Guillermo Valenzuela, el presidente provisional del Senado, Contralmirante Alberto Tessaire (su secretario privado, el periodista Bernardo Neustad), representantes legislativos, del Poder Judicial, sindicales, del clero, y el intendente de ese momento, Adrián Hugo Gayol, sus secretarios y el director del Policlínico, Dr. Horacio Rubio, junto a enfermeras y personal del nosocomio.
Un grupo de sindicalistas del gremio de la carne, entre ellos Don Manuel Quindimil (futuro intendente de Lanús), junto con algunos vecinos como el Sr. Juan Rey, se habían contactado con la Fundación Eva Perón y con la misma Evita y le solicitaron la construcción de un hospital en la zona. Evita les sugiere que encuentren un lugar adecuado para plasmar el proyecto y ellos lo encuentran entre las calles Río de Janeiro, Coronel Seguí, Bolivia y Manuel Ocampo: dos manzanas, con canchas de fútbol, rodeado de casas bajas.
El diseño del Policlínico posee un moderno concepto de arquitectura hospitalaria, según las ideas imperantes en el ministerio de salud nacional y el apoyo de la Fundación lo hace posible. Se lo construye no pabellonado (como eran los antiguos hospitales) y con el máximo confort y equipamiento, según normas algunas de las cuales se conservan aún en la actualidad.
Constaba de cinco plantas decoradas con mármol de Carrara y travertino; lujosos cortinados, amplios sillones para la espera; lámparas y arañas de bronce, muebles de estilo.
La planta baja con sectores administrativos, Farmacia, Laboratorio Central, Consultorios Externos de todas las especialidades, Esterilización, Lavadero, Lencería, Cocina, Despensa, Biblioteca y Sala de Lectura. En áreas separadas: Anatomía Patológica (y la morgue) y salas de velatorio, talleres de mantenimiento, taller mecánico y guardería.
En el primer piso del cuerpo Central estaban los servicios de Odontología, Otorrinolaringología Oftalmología, Radiología, Hemoterapia, Neurología, Alergia, Reumatología, Fisioterapia y las salas de internación para estos servicios. Se agregaba a esto un moderno anfiteatro para proyección de cine y salón de baile de tango y folklore durante los fines de semana.
En el segundo piso se ubicaba la internación de Clínica Médica y una hermosa capilla revestida con mármol verde y rosado, que es motivo de orgullo aún ahora.
El tercer piso contaba con las salas de internación de Cirugía , Urología y Traumatología. En la cuarta planta estaban los servicios de Maternidad, Pediatría y Ginecología y en el último piso, la planta quirúrgica con cuatro quirófanos, dos de ellos con cúpula vidriada para la observación de alumnos y profesionales.
En el llamado Cuerpo E estaban los aposentos del Director (quien vivía en el Hospital), los dormitorios de los profesionales de Guardia, y el área administrativa.
Nada faltaba para los pacientes, se les proveía de ropa de cama, toallas, pijamas para adultos y niños, batitas y pañales para recién nacidos. Las salas de internación de Pediatría tenían las paredes decoradas con motivos infantiles así también la loza y los cubiertos. La vajilla de los adultos era de la mejor calidad, con cubiertos de alpaca y fina loza.
La entrega simbólica del edificio estuvo a cargo del operario Juan Andrés Rey, en representación de todos los obreros que habían trabajado en el Hospital.
Desde sus inicios, mientras atendía la salud de miles de vecinos, desarrolló tanto actividades académicas como de investigación: fue en el Evita donde, en 1954, se llevó a cabo la primera biopsia renal por punción en Argentina.
Asimismo, tanto en el hospital de Lanús como en otras instituciones, se incentivó un proceso formativo asistencial con jornadas de ocho horas diarias de trabajo y guardias en Clínica Médica y Cirugía, para lograr así que los jóvenes profesionales adquieran experiencia en los orígenes de las «residencias», de la mano de los médicos con años de trabajo en las especialidades.
A lo largo de estos años supo estar marcado por la investigación académica y la asistencia a los vecinos. Actualmente, asiste mayoritariamente la demanda de una población vulnerable y sólo el 10 por ciento cuenta con obra social, la mitad reside en Lanús mientras que el 40 por ciento proviene del partido de Lomas de Zamora, y el porcentaje restante vive en Almirante Brown y Esteban Echeverría, entre otros distritos.
Desde 1962 funciona una Unidad Docente Hospitalaria dependiente de la Universidad de Buenos Aires, de manera que en los primeros años fueron creándose las residencias de las principales ramas de la medicina, y luego se ampliaron a ramas que van desde la neonatología hasta cirugía plástica.
El 30 de octubre de 1960, en el hospital nació el quinto hijo y primer varón del matrimonio formado por Don Diego y Doña Tota: Diego Armando Maradona. Hoy la calle por donde está la entrada principal lleva el nombre del astro. Treinta y tres años después del cambio de nombre por Gregorio Aráoz Alfaro, la institución recuperó su denominación original, que mantiene hasta el presente. Con motivo del 60º aniversario, el artista plástico Alejandro Marmo realizó una réplica del mural instalado en el Ministerio de Desarrollo Social, ubicado en la avenida 9 de Julio y Moreno, en Capital.A lo largo de su historia, el hospital supo ser el más célebre de los servicios de psiquiatría del país, en donde se lograron avances terapéuticos e institucionales, como la implementación de psicoterapias inspiradas en el psicoanálisis, el desarrollo de las terapias grupales y breves, la aplicación de los últimos descubrimientos psicofarmacológicos, los programas de actualización profesional, la formación de posgrado en Psiquiatría e Investigación en diferentes áreas y el desarrollo pionero en América Latina de modelos alternativos como el hospital de día y la psiquiatría comunitaria.Algunas de las primeras salas de Terapia Intensiva del sistema público funcionaron en el Evita, gracias al aporte de los residentes egresados de Clínica Médica, así como también fue fundada allí la primera Sala de Neonatología del conurbano bonaerense.